La elección del revestiminento para el piso de la cocina, ya sea en el hogar o en lugar de trabajo, requiere una atención muy especial, y el vinilo es uno de los materiales que más posibilidades y ventajas ofrece.
Para la cocina, donde la higiene es esencial, los pisos vinílicos son los más indicados, ya que al no poseer juntas como otro tipo de revestimientos, no acumulan suciedad, evitan que se formen bacterias y son muy fáciles de limpiar.
Los pisos vinílicos son antideslizantes, y muy especialmente en las cocinas donde es común que se derramen líquidos como aceite o restos de comida, lo cual implicaría el riesgo de resbalón o caída.
Son muy duraderos, ya que no sufren el impacto que provoca algún objeto o utensillo cuando se cae, cosa que no ocurre con otros pisos que ante tal eventualidad pueden sufrir rajaduras e incluso roturas.
Los pisos vinílicos son impermeables y muy fáciles de mantener, ya que resisten como ninguno el lavado con cualquier tipo de detergentes o productos químicos.
Estos pisos están preparados para resistir el tránsito permanente, y sus componentes en pvc (cloruro de vinilo ó policloruro de vinilo) lograr un material plástico muy flexible, evitando deslizamientos o caídas desagradables.
Otra de las ventajas que ofrecen los pisos vinílicos es la gran variedad de diseños y colores que imitan a la perfección materiales como la piedra, la madera, la cerámica o el mármol. Esto nos permite elegir con más facilidad aquellos que se adapten mejor al estilo y a los colores predominantes en la cocina.
Ya sea para decorar el piso de una cocina rústica o mediterránea, como el de una más moderna o de marcado estilo vanguardista, los pisos vinílicos constituyen en la actualidad un sinónimo de seguridad, practicidad y elegancia.
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