El estilo wabi sabi surge del Japón milenario en el que los ambientes revestían un marcado aire minimalista combinando elementos provenientes de la naturaleza (madera, piedra, flores, etcétera).
El concepto wabi (soledad) sabi (marchitado, oxidado) representa la liberación de lo mundano y supérfluo, trascendiendo hacia una vida más natural y sencilla.
El wabi sabi en decoración se ha plasmado en la actualidad, creando ambientes despejados, sencillos y con ese toque íntimo, sereno atemporal que los caracteriza.
La filosofía del wabi-sabi contempla tres conceptos básicos: nada dura por siempre, nada está completado y nada es perfecto. Esta corriente japonesa estética y de comprensión del mundo, se basa en la fugacidad y la impermanencia.
El concepto de este estilo decorativo puede interpretarse como la simpleza y la belleza rústica e inacabada de materiales y formas que no guardan una simetría absoluta, pero que emanan una belleza dramática y atemporal.
Las imperfecciones o defectos que se producen durante el proceso de elaboración, son las que dan a los objetos esa cualidad de únicos y elegantes.
El wabi sabi se traduce en una liberación de lo mundano y lo supérfluo utilizando materiales nobles y simples que nos brinda la naturaleza: (maderas envejecidas con sus grietas e imperfecciones, la piedra, las flores), ya que estos elementos además de ser naturales, tienen una historia que contar.
La asimetría, la aspereza y sencillez de las formas, y el desgaste natural de las cosas , que evidencian el transcurso del tiempo, son algunos de los conceptos básicos de este arte que se despoja del análisis profundo de encontrar una lógica a todo lo natural y lo bello: Simplemente fluye y se percibe.
FUENTES:
Powel, Richard – «Wabi Sabi Simple»
Crowley J. – «Wabi Sabi Style»
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